Este pequeño conjunto de plantas me llamó la atención por la belleza de sus elaboradas flores. Si tenemos en cuenta su ubicación, en el Jou de los Boches, a más de 2.100 metros de altura, su mera existencia parece milagrosa. Estas plantas sobreviven en un entorno extremadamente duro. Soportan temperaturas extremas y sus raíces extraen los nutrientes necesarios para su supervivencia de un suelo muy pobre y con poca capacidad para retener el agua. Durante el año, permanecen cubiertas por nieve unos siete u ocho meses al año. En estado letárgico, esperan la llegada del sol y del calor, aferradas a un suelo pedregoso y duro, para florecer durante unas pocas semanas de verano. La tenacidad de la vida es sorprendente.
Esta fotografía está realizada con luz natural, sin reflectores o flash. Aproveché un momento en el que las nubes bajas nos cubrieron y actuaron como un difusor ideal de la luz solar, suavizando las luces. De ahí el bajo contraste de la imagen.
Datos técnicos: Canon EOS 5D mkII, EF24-105 f/4L.
Galería Picos de Europa.
Guapas, guapas sí que son y más si tenemos en cuenta donde crecen. Preciosa foto Alberto.
Las flores en tonos azulados o violetas son mis favoritas… la nota de color que alegra la sobriedad de la gris piedra…vida y esperanza…