El otoño avanza, a mediados de noviembre los bosques situados a mayor altura ya se han desprendido de sus hojas y exhiben sus ramas desnudas, listos para recibir las nieves del invierno. En cotas más bajas el otoño aun no ha alcanzado su plenitud y la mayor parte de los árboles todavía conservan su follaje, estirando unas semanas más la fotosíntesis, antes de sumirse en el obligado letargo invernal. Este es el caso de estas hayas gigantes, seres centenarios que permanecen fieles a los ciclos naturales que han regido sus vidas desde que nacieron.
En esta toma, aprovechando la amplitud que da un objetivo gran angular, quise experimentar con otros puntos de vista de un rincón del bosque que revisito con frecuencia. Acercando la cámara al suelo se conseguía una imagen interesante, con profundidad en varios planos y con una luz muy bonita en la piedra en primer plano. A pesar de la gran profundidad de campo que el objetivo ofrecía diafragmado a f/11, esta no era suficiente como para obtener una imagen nítida tanto en la piedra y las hojas del primer plano, como en los árboles del fondo. Opté por aplicar un apilado de dos exposiciones (focus stacking), una para el primer plano y otra para el fondo. De este modo, se obtiene una nitidez excelente en todo el cuadro. La niebla, como siempre, ayudó a crear ambiente y simplificar la escena, difuminando la maraña de ramas y hojas del fondo.
Datos técnicos: Canon EOS R5, RF 14-35 f4 L, focus stacking de dos exposiciones.
Galería Bosques y Arroyos de Montaña.
Vaya guapo contraste entre el primer plano y el fondo…foto chula chula😉.
Gracias Simón. Un saludo.
Un nuevo punto de vista, toma protagonismo tanto el primer plano, roca y musgo, como el «gigante» en la penumbra. Foto artística. Enhorabuena.
Gracias por tu comentario Nacho. Me alegro de que te guste.
Mi imaginación busca el cuelebre que nos güeya desde cualquier rincón y acecha nuestra ignorancia para comernos… Gracias por estas fotos que nos recuerdan de donde venimos.