Después de una noche de vivac en el Jou Santu, junto a un buen amigo, pudimos asistir al espectáculo de un amanecer en la montaña. Las Torres de Enmedio, de la Horcada y de Santa María adoptaron una marcada tridimensionalidad unos minutos antes de la salida del sol. El aire frío, de una transparencia extraordinaria, y la luz lateral difusa hicieron resaltar cada detalle de la textura de la caliza en llambrias, canales y grietas. La soledad del entorno y el silencio que se podía experimentar acrecentaban la sensación de estar observando algo especial.
Si no hubiera sido por los curiosos ratones que nos visitaron durante la noche y por la falta de un café caliente al amanecer, habría sido un vivac perfecto. La próxima vez llevaremos un infiernillo y... un gato.
Datos técnicos: Canon EOS R, RF 24-105 f4 L, panorámica de 4 fotografías.
Galería Picos de Europa.
…quizas los ratoncillos os traian un poco de cafe caliente a cambio de salir en una asemeya tan bonita. Como siempre, tus fotos nos traen a la memoria viejas anecdotas vividas en estos lugares….gracias.