Esta fotografía rememora un gélido amanecer de marzo de 2013 en los Invernales de la Caballar, al lado de Sotres. Aquella madrugada, el termómetro marcaba -6C. La víspera había caído una copiosa nevada y el intenso frío había conservado la nieve polvo inmaculada. Con la carretera completamente helada desde Sotres, subí con el Suzuki hacia el Jitu de Escarandi y aparqué al llegar a los invernales. Allí me puse las raquetas y el frontal para busqucar una buena localización para fotografiar el pueblo con el Macizo Central de fondo. La Luna menguante se elevaba sobre la cumbre de Peña Castil.
Parado, esperando al amanecer con la nieve hasta las rodillas, el frio penetraba la ropa y entumecía los dedos. El amanecer fue como renacer, pasando de un mundo de frío y oscuridad a otro de luz y calor. Sólo por sentir esa agradable sensación del calor de los primeros rayos del sol, mereció la pena madrugar.
Datos técnicos: Canon EOS 5D mkII, Carl Zeiss Vario-Sonnar 35-70/3.4, panorámica de 4 fotografías.
Galería Picos de Europa.
La foto transmite exactamente esa sensación que describes. ¡Enhorabuena!
Enhorabuena, mereció la pena la espera. Una foto espectacular!
impresionante fotografía y excelente comentario pero no envidio tu madrugón y el frío de la espera
Espectacular! Felicidades!