Los bosques de montaña del cantábrico se encuentran llenos de multitud rincones atractivos que en muchas ocasiones pasan desapercibidos. No en vano, se dice que frecuentemente los árboles no dejan ver el bosque. Son entornos que siempre me han resultado difíciles de fotografiar debido a la altísima densidad de elementos que presentan. Troncos, ramas, hojas, rocas y arroyos se agolpan en muy poco espacio y resulta muy difícil aislar elementos del paisaje. Sin embargo, si se observa con la suficiente atención, siempre hay elementos que destacan sobre los demás, especialmente en la época otoñal.
Un ejemplo de esos elementos es este bloque con forma de prisma que captó mi atención cuando ascendía junto a un arroyo en un hayedo del concejo de Aller. El lateral cubierto de musgo y el agua que arroya por él forma múltiples hilos de agua, como si fueran las barbas líquidas de un ser mitológico del bosque astur. Las hojas secas en la parte superior dan un toque de contraste cromático con el verde del musgo.
Datos técnicos: Canon EOS R, RF 24-105 f4 L, filtro ND de 4 pasos.
Galería Bosques y Arroyos de Montaña.