El Cornión en la hora azul, esos minutos cuando el sol ya está bajo el horizonte en los que el paisaje está iluminado por la luz dispersada por la atmósfera. Esa luz indirecta y suave tiñe el paisaje de tonos azulados especialmente evidentes en las superficies nevadas. En esta toma, con los Picos de Europa recién nevados, los relieves más suaves del macizo parecen montañas de merengue, mientras que las paredes de las cumbres se muestran tapizadas de nieve. Casi no hay roca desnuda.
Esta es una toma muy complicada de hacer con calidad. La fotografía aquí mostrada es una panorámica de 4 exposiciones realizadas tras la puesta del sol con un teleobjetivo de 400 mm a través de unos 30 km de aire. A pesar de tomar todas las precauciones para evitar trepidaciones en la cámara, la turbulencia atmosférica de tantos kilómetros de aire reduce muy significativamente la nitidez de la imagen. El aire calentado durante todo un día soleado, incluso con la poca energía del sol del solsticio de invierno, no deja de moverse y afecta muy negativamente a la nitidez. La exposición de la misma escena antes de la salida del sol, con el aire en calma de la noche, habría ofrecido mucha más nitidez. Sin embargo la iluminación habría sido completamente diferente.
No obstante, la perdida de nitidez solo es apreciable si se escudriña la fotografía al 100% de tamaño en el monitor o se imprime a tamaños muy generosos. Un procesado con un paso de reducción de ruido, un enfoque cuidadoso y una reducción de tamaño (a menudo, una gran opción para ganar nitidez) obran el milagro y permiten que la imagen luzca clara y nítida en el monitor o en el teléfono. Un buen ejemplo para cuestionarnos la necesidad de un sensor de 40, 50 o 60 Mpx.
Datos técnicos: Canon EOS R5, EF 400mm f5.6, polarizador. Panorámica de 4 exposiciones.
Galería Picos de Europa.



Sin más calificativos, extraordinaria, Alberto!!
Gracias, Simón. Me alegro de que te guste. Un saludo.