Una buena nevada seguida de varios días de anticiclón con bajas temperaturas. Las condiciones ideales para que la nieve se transforme poco y conserve la textura de polvo en la superficie. Una oportunidad para aprovechar.
Aunque la iluminación de esta escena era bastante mala durante las últimas horas de la tarde, todo cambió tras la puesta del sol. Tras el ocaso, y la desaparición de los rayos directos el sol, la iluminación del paisaje la realiza el cielo en su conjunto, actuando como un inmenso difusor. Pero un difusor muy especial, ya que no tiene un color homogéneo, cálido anaranjado hacia el oeste, frío azul y morado hacia el este. Todo esto hace que el contraste general de la escena disminuya y los objetos adopten diferentes tonalidades dependiendo de su orientación.
Esperar a la frecuentemente denominada hora azul mereció la pena.
Datos técnicos: Canon EOS R, Carl Zeiss Vario-Sonnar 35-70/3.4, panorámica de 8 tomas.
Galería Picos de Europa.