Hace unas semanas me acerqué con un amigo a fotografiar los Picos de Europa desde un mirador de Cangas de Onís. Desde allí, a ambos nos surgió la curiosidad sobre las perspectivas que podrían existir desde unos discretos montes de la Sierra de Covadonga. Pensábamos que al estar colgados sobre la garganta del río Dobra, podrían ofrecer interesantes composiciones fotográficas. De vuelta a casa me puse a buscar sobre la cartografía lugares a los que ir. Seleccioné una cumbre en la margen derecha del Dobra que, por su ubicación y por no tener cerca cumbres más altas que ocultaran los Picos, debería tener una vista excepcional.
Un par de semanas más tarde, aprovechando un día de tiempo estable que debería ofrecer buena visibilidad, acudí a mi cita con la montaña. La ruta de acceso a la cumbre era, sobre el papel, un sencillo paseo de un par de kilómetros y 200 metros de desnivel. Al final, el paseo se transformó en una lucha contra el barro y la maleza. Las recientes lluvias habían transformado la parte inferior del sendero en un infame barrizal que solo mejoró cuando alcancé la cota de nieve, sobre los 900 m. Además, el sendero estaba tan invadido de tojos y zarzas que en algunos lugares se había perdido por completo. En un momento determinado, para desgracia de mis pantalones y mis espinillas, me vi avanzando entre tojos que me llegaban por encima la rodilla.
Al final, al culminar la ascensión, se abrió ante mis ojos un paisaje sobrecogedor. La formidable garganta del río Dobra se mostraba ante mí como un descomunal corte en el terreno a escasos metros de mis pies. Más al sur, se podía observar la confluencia del Dobra con los ríos Gusteguerra y Pelabarda, que descienden de la zona de Vegarredonda y del lago Enol, en la llamada Mecedura de los Ríos. Como telón de fondo, los picos del Cornión fulguraban bajo el sol con un manto de nieve recién caída. La exploración de lugares poco frecuentados en busca de nuevas perspectivas casi siempre da sus frutos.
Datos técnicos: Canon EOS R, RF 24-105 f4 L, degradado neutro, polarizador.
Galería Picos de Europa.
Las peleas con los toxos y cotoyales suelen ser el preludio de una ruta inacabable y exasperante en la mayoria de los casos, pero en otras ocasiones son el obstaculo que la Madre Naturaleza pone para aquellos a los que desea premiar con tan bellas vistas… ¡Felicidades por la foto!
Gracias, Antonio. Me da la impresión de que sobre peleas con cotoyales tú sabes bastante.
Espectacular panorámica. Impresionante garganta. Mereció la pena el barro, los tojos y el frío.
Bueno al final mereció la pena. Objetivo conseguido, fenomenal día de callos y barro y magnífica foto.
Ja, ja, ja. Gracias, Anselmo. Pero lo de los callos lo dejaremos bajo secreto de sumario.
Espectacular la foto, Alberto. Merecida recompensa después de tantos obstáculos en la ascensión.
Gracias a todos por los comentarios. La verdad es que he quedado muy satisfecho con la experiencia. Es una lástima como los caminos se van perdiendo a medida que el monte se despuebla y la actividad ganadera se reduce.
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