La última fotografía de aquella tarde, tomada en torno al crepúsculo civil. Las cumbres de los Picos brillaban con la luz crepuscular, mientras que los bosques y las praderas de Ponga se iban sumiendo lentamente en la sombra de la noche. Un buen momento para recoger los bártulos y volver al coche a calentarse las manos heladas.
Datos técnicos: Canon EOS R, RF24-105mm.
Galería Cordillera Cantábrica.
Que sensación extraña, si no fuese por lo familiar de estas cumbres, uno podría decir que este paisaje pertenece a otras latitudes, me resulta muy americano. Una vez más, una gran fotografía.
Curioso. Yo tuve la misma sensación, parecen las praderas de Colorado con las rocosas al fondo. Gracias.