Este rincón de un conocido bosque de Asturias me había llamado la atención desde que lo descubrí hace años. Siempre he intuido que tenía un gran potencial fotográfico. El árbol, que a pesar de haber caído, sobrevivió lo suficiente como para generar una rama que creció fuerte y derecha hacia la luz antes de morir, me parecía un motivo muy potente. Sin embargo, por una razón u otra, nunca había conseguido realizar una fotografía que me satisficiese. Hasta ayer. La niebla, el verde intenso de musgo y helechos, y una luz ideal, iluminando el tronco caído en primer plano lo han conseguido. Es una lástima que no haya sido capaz de transmitir el frescor de la niebla y el sonido del silencio roto por los cantos de las aves del bosque. Un autentico placer.
Datos técnicos: Canon EOS R, Carl Zeiss Vario-Sonnar 35-70/3.4.
Galería Bosques y Arroyos de Montaña.
Como siempre, foto espectacular. Mágico lugar. Parece sacado de una selva virgen del Amazonas.
Es cierto, parece un bosque primitivo, inalterado por el hombre. Afortunadamente, en Asturias hay lugares así. Depende de nosotros que las generaciones que nos sucedan puedan disfrutarlos como nosotros lo hacemos ahora.