La silueta de tres montañeros en la cumbre de uno de los Picos del Portillín, en el Macizo de las Ubiñas, se recorta contra el cielo dando una dimensión humana a la inmensidad de las montañas. La aspereza de la pared, con una caliza muy descompuesta, iluminada con una luz cambiante e irregular, contrasta con la suavidad de las nubes. Una fotografía un poco diferente a las que acostumbro a hacer, reflejando otra dimensión de la montaña, no solo la paisajística.
Datos técnicos: Canon R5, EF 100-400 f4.5-5.6 L II.
Galería Montañas en Blanco y Negro.