Caidas

Caidas
Hayas caídas en un hayedo de montaña

La humedad era molesta. Con la calidez estival, la niebla húmeda que envolvía el hayedo y la fina lluvia que lo bañaba hacían que la progresión por las laderas del bosque fuera incómoda. La chaqueta impermeable, a pesar de ir con todas las cremalleras abiertas me estaba cociendo en mi propio sudor. Sin embargo, esa humedad era la que daba la vida a la extraordinaria cubierta vegetal que tenía ante mis ojos: helechos, hierbas floridas, hongos, musgos, arbustos y, por encima de todos ellos, las hayas. Sin esa humedad, el paisaje que tendría ante mis ojos sería muy diferente. Todo del intensísimo verde propio de junio.

Avanzando con cuidado por el resbaladizo curso del arroyo, tanto para no caerme como para no dañar la vegetación, encontré estos troncos de hayas caídas.  La corteza estaba siendo colonizada por una manta de musgo en la que hundían sus raíces algunos helechos y pequeños arbustos. Junto con las piedras y los helechos del primer plano, constituían una escena armoniosa. En este caso, opté por una composición panorámica que permitía aislar elementos que distraían la atención en el primer plano.

Datos técnicos: Canon EOS R, RF 24-105 L

Galería Bosques y Arroyos de Montaña.

Deje un comentario