Muchas veces, cuando salimos a la montaña a realizar una actividad, centramos nuestra atención en los grandes objetos que tenemos alrededor: montañas, valles, ríos, árboles... De este modo, ignoramos el pequeño mundo que nos rodea. Cuando vamos a realizar una ascensión o una travesía andar buscando por el suelo plantitas o insectos no está normalmente entre nuestras prioridades. Esto es así no solo cuando vamos a realizar una actividad deportiva, incluso cuando vamos a la montaña a fotografiarla. Con esta actitud estamos desaprovechando la oportunidad de descubrir un mundo fascinante y, sin duda, hermoso. No nos imaginamos la riqueza de un metro cuadrado de bosque hasta que no nos tiramos en el suelo a verlo de cerca. Lamentablemente, la mayoría nos limitamos a caminar sobre él.
Datos técnicos: Canon EOS R, RF 24-105 f4 L.
Galería Bosques y Arroyos de Montaña.
Muy buena asemeya de la intimidad del bosque. Agradecido de ver esa otra visión de la montaña.
Y no solo es fijarse en los pequeños detalles sino en que la naturaleza «muerta» da lugar a la vida, como el caso del otoño y los hongos.